Ayer fue 20 de noviembre y me dijo mi hermana que si podía pasarme a cuidar a Lola y a Teo. Tenía la tarde libre, así que le dije que sí, por supuesto. Los animales siempre agradecen la compañía, y si es buena, mejor. Les tomo fotos especialmente para que su dueña sepa que están bien. Son dos gatos jóvenes pero eso no quita para que la dueña se preocupe.
De los dos, Teo el gato simpático es el que más facilidades pone para todo. Lola es más huidiza y no se deja acariciar fácilmente. Cuando hay comida, entonces la cosa cambia. Se muestra, se frota contra mis piernas, maúlla. Las veces que voy allí, les suelo poner un sobre de comida húmeda. La que más come de los dos es Lola, creo que a Teo le gusta más el pienso.
Estoy con ellos una hora, normalmente juego un rato con ellos y luego ordeno la cocina. Porque ahí es donde tienen las cajas para hacer sus necesidades. Además, les gusta sacar una especie de embellecedor del mueble de la cocina. Siempre está fuera de su sitio, sospecho que Teo es el culpable.
Algún día creo que les llevaré un láser que tengo en casa. Es un aparato con una luz roja que a mis gatos les encanta. Y también a mi perra, la loca de Maui. A ver qué les parece.