Sin embargo, ambos tienen un pequeño orden de hacer las cosas cuando llego. Primero me huelen, luego se alejan y luego se tumban sobre mi abrigo. Primero suele subir Teo, luego llega Lola y le echa, discretamente. Y es entonces cuando aprovecho para hacerle alguna foto. Ayer hubo un momento en el que Teo se tumbó encima del sofá. Yo iba a hacerle alguna foto, porque estaba gracioso. Pero como Lola es una gata traviesa, se subió de un salto al sofá y se puso a jugar con Teo.
Intenté grabar un vídeo pero el juego apenas duró 15 segundos. Yo creo que se lo pasan muy bien entre los dos. A veces no es fácil que unos gatos se lleven bien, porque son animales territoriales. Pero al final, con el tiempo, todos se adaptan. Yo tengo varios gatos en mi casa y ha sido difícil introducirles, incluso cuando eran bebés. Siempre hay reticencias y enfados. Pero ahora mismo, mis tres gatos se llevan genial. Lola y Teo son iguales, al principio tenían algún problema pero ahora son como hermanos.
Me imagino que en lo que queda de semana iré a verles otra vez. La dueña trabaja, es puente, hay días festivos. También está cerca la Navidad. Ya contaré.